El manejo de conflictos se
considera, por especialistas del “management”, entre las habilidades
principales que debe tener un directivo, en cualquier nivel que trabaje
Se considera que los conflictos
pueden: retrasar decisiones, limitar resultados, afectar relaciones, ofrecer
una imagen negativa sobre la organización y llegar a destruirlas. Pero, también
pueden: revelar deficiencias, evidenciar errores en decisiones y ofrecer
señales de problemas que, de superarse, proporcionarían buenas oportunidades de
mejoramiento.
Muchos son los motivos por los
cuales llegamos a los conflictos pero según la web degerencia.com, los
especialistas clasifican las posibles causas de conflictos en una organización
de la siguiente forma:
- Conflictos basados en intereses, que pueden ser
sobre: la competencia actual o percibida por diferentes personas o grupos;
intereses opuestos sobre el contenido o procedimientos de trabajo, la
forma en que se evalúa el trabajo y las personas.
- Conflictos estructurales: por la percepción de
autoridad y poder desiguales; distribución no “justa” de recursos;
factores ambientales que dificultan la cooperación.
- Conflictos de valores: por diferentes
criterios para evaluar ideas y decisiones; diferentes percepciones sobre
las mismas cosas; metas y valores específicos diferenciados.
- Conflictos de relaciones: por comunicaciones
pobres; comportamientos negativos reiterados entre las partes; fuertes
emociones; estereotipos e incomprensiones.
- Conflictos de información: por ausencia o limitaciones de información; diferentes criterios sobre lo que es más relevante; diferencias en los procedimientos de valoración, de las decisiones y de las situaciones.
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